El ciclista en la carretera, un incomprendido

 

Existe un importante desconocimiento vial por parte de un amplio sector de la sociedad respecto al potencial conflicto que se da en las carreteras entre los vehículos a cuatro ruedas con las bicicletas. Según la DGT, seis de cada diez personas con el permiso de conducir desconocen las normas viales que deben asumir cuando se cruzan con un ciclista. Además, ni si quiera todos los practicantes del ciclismo conocen las normas que deben seguir cuando circulan en carretera. Un dato esclarecedor que demuestra como queda un largo camino que recorrer para evitar uno de las mayores causas de muerte en la carretera, hasta 42 fallecidos en el años 2015 en España. 

Una las primeras cosas que el conductor debe tener en cuenta es la distancia entre el vehículo y el ciclista al efectuar la maniobra de adelantamiento. Aquí, está en juego la vida del conductor de la bicicleta, pues a las velocidades que se circula por la autovía, la ola de aire se multiplica y propicia que el ciclista se tambalee y pueda caer a causa del ‘efecto sumidero’. «Al igual que nosotros circulamos por arcén dejando el carril libre para los coches, queremos que nos respeten dejando el metro y medio de distancia reglamentario», explica Sílvia Tirado, ciclista habitual en las carreteras castellonenses. Por ello, para respetar la buena buena circulación del resto de usuarios de la carretera, el conductor de coche o camión puede adelantar a la bicicleta superando la línea continua por tal de mantener la distancia óptima establecida por norma.

Los ciclistas también deben ayudar en el buen funcionamiento del tráfico y para ello deben circular por el arcén. Si van en grupos grandes deben hacerlo como máximo formando filas de dos, así se impide que el tráfico sufra trastornos en cierto modo. En caso de no haber arcén y no poder separarse de los vehículos que circulen por la carretera a un metro y metro, el ciclista deberá bajarse de la bici y seguir a pie. «Uno de los tramos más conflictivos para nosotros es el que recorre la N-340 desde Vila-real a Nules porque siempre hay mucho tránsito», explica Tirado. Además, la DGT hace especial hincapié en el uso del casco en carretera, pues en el último año se han salvado muchas vidas en accidentes de este tipo.

Uno de los puntos negros en las carreteras tanto para los ciclistas como para los conductores son las salidas y entradas a la autovía. Para evitar accidentes, los ciclistas están en la obligación de señalizar con el brazo, con bastante antelación, el próximo movimiento que efectuarán: quedarse en la carretera o tomar la salida. Aun así, siempre hay conflicto respecto a esto, porque se dan circunstancias en las que el vehículo se incorpora a la carretera sin tener en cuenta si por ella circula un ciclista y lo arrolla. «Aunque señalicemos, el conductor siempre espera que nosotros les demos paso. Esto es un problema y entre todos debemos resolverlo, pero no es fácil», añade Tirado. Sin lugar a duda, este es el problema más destacado entre todos los que se encuentra el núcleo de ciclistas que sale a la carretera.

Es complejo conocer hacia dónde se dirige el mundo del ciclismo de entretenimiento en carretera, pero lo que sí queda claro es que por ella no solo circulan vehículos sino también bicicletas y hay que respetar a todos por igual para evitar accidentes. «En muchas ocasiones los conductores no nos tienen en cuenta y creen que tienen preferencia. A veces, las prisas no son buenas consejeras, muchos accidentes se podrían evitar si los coches reducieran la velocidad al pasar por nuestro lado», concluye Tirado.

Foto portada: dgt.es

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